domingo, 18 de septiembre de 2011

Hay momentos en los que...mi corazón necesita atravesar esa puerta enrejada, de forja antigua,  y entrar en el jardín secreto con el que siempre soñè....salvaje y decadente...pero apasionadamente mágico...y sentarme en el banco de piedra, medio cubierto de musgo,donde por el día danzaban las libélulas y donde ahora, iluminado por la luna, juegan las luciérnagas....susurrándome...





....si quiere volver a cenar conmigo, cuando las luciérnagas estén volando, venga esta noche cuando haya acabado,a cualquier hora....
(Los Puentes de Madison)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para este escenario, no puede ser otro que...el onírico vestido blanco, como la luna..